En los últimos años, se ha extendido la creencia de que la leche comercializada pierde gran cantidad de nutrientes y muchas de sus propiedades que conserva la leche cruda.
Esto ha dado como resultado un alto interés por el consumo de leche cruda y la venta de ésta a través de máquinas expendedoras en muchos países europeos.
Entre 2007 y 2012 se han declarado en Europa 27 brotes infecciosos asociados al consumo de leche cruda de vaca y cabra que no fueron hervidas antes de consumirlas.
Los principales agentes infecciosos fueron Campylobacter jejuni, Salmonella tiphimurium, y en menor grado, E. coli verotoxigénica y virus de la encefalitis transmitida por garrapatas. Brucella melitensis y Mycobacterium tuberculosis causaron brotes anteriores en 2007.
No obstante, en las máquinas expendedoras en las que se vende la leche cruda se advierte al consumidor sobre la necesidad de hervir la leche antes de consumirla. Si los consumidores hubieran seguido esta advertencia, todos estos riesgos microbiológicos asociados con la leche cruda hubieran sido eliminados.
Es de vital importancia tener en cuenta todas las medidas para evitar la contaminación de la leche: higiene estricta de los animales y las granjas, mantenimiento de la cadena del frío desde la granja hasta el consumidor; y la medida más eficaz a tener en cuenta, hervir la leche cruda antes de consumirla.





